Las consolas suelen ser más altas que una mesa de centro o comedor, tienen entre 90 cm y 1,05 m de altura, y el tablero tiene una profundidad que oscila entre los 30 y 45 cm.
Entre los materiales más usados en estos muebles están la madera, el hierro, el vidrio, el mármol, el MDF o la melamina.
Existen consolas con cajones, que sirven para almacenamiento, plegables o minimalistas, las que suelen usarse en el recibidor para poner llaves, teléfonos y otros objetos de uso cotidiano, y que van muy bien acompañadas de un espejo de pared.
En cuanto a otros lugares ideales para colocar una consola, las opciones son diversas, como por ejemplo ponerlo en un pasillo, sala, dormitorio, o el baño.
Lo importante es recordar que se deben dejar al menos 90 cm de espacio libre para que los ocupantes de la casa puedan caminar.
Es posible apoyarla en una pared, al pie de una cama o al respaldar de un sofá. Esta última opción permite separar espacios dentro de una sala o living amplio.
Si se busca que esta pieza sea la estrella del ambiente, se pueden usar consolas escultóricas, talladas o en tonos intensos. En cambio, se prefiere que los protagonistas sean los muros u otra pieza del espacio, es mejor usar un mueble de líneas sencillas y de apariencia ligera.