El tono dorado brinda a los ambientes un toque de elegancia y glamour. Esta tonalidad puede plasmarse en las paredes, los tapices y los accesorios.
Si desea dar solo una pincelada de dorado, puede lucirlo teniendo de fondo tonalidades neutras, como blancos, cremas y grises, pues al inclinarse hacia el amarillo se utiliza como un acento de color.
En un espacio de estilo moderno puede exhibirlo en la bases de mesas de centro y auxiliares, las que deben tener una apariencia ligera y lineal. Es posible acompañarlo por una lámpara de pie o de mesa, o cojines.
El dorado también puede estar en piezas que desees destacar, como un sofá, una gran luminaria colgante o el marco de un espejo de grandes dimensiones. Si quiere otorgarle una apariencia más sobria, lo apropiado es que se incline por los metales de acabados satinados, pues otorgan brillo al ambiente, pero sin recargarlo.
Si se busca algo más osado y glamoroso, puedes vestir la pared más importante del ambiente con un papel mural que exhiba una trama dorada mate y complementarlo con sofás que luzcan brazos y patas del mismo tono. En espacios masculinos puede colocarse un toque mínimo de dorado teniendo de fondo colores como azul ultramar o negro.